La cocina nazarí empleaba muy diversos tipos de utensilios tanto para guisar como para almacenar la comida. Sin embargo no había un lugar reservado exclusivamente para cocinar dentro de la vivienda. En las casas conservadas nazaríes no se ha reconocido un lugar concreto para ello y el anafre u hornillo se trasladaría al lugar deseado en cada momento, que podía ser un patio, un pórtico... Una costumbre esta muy propia de los pueblos nómadas y la vida en la jaima.
El anafre o anafe era un hornillo fabricado en barro o en metal, pensado para contener las brasas o ascuas que calentaban la olla, cazuela o sartén que contuviese los alimentos, conservándolos calientes. Una de sus propiedades era la de ser móvil y transportable.
Información procedente del catálogo de la exposición "El ajuar de la casa nazarí", Patronato de la Alhambra